Volver a la inocencia
Impaciente en la estación esperaba que llegase el tren que le devolvería a esos buenos momentos vividos, hace ya muchos años atrás, que alguna vez rememoraba con cierta nostalgia.
Pero un aviso por megafonía, la hizo refugiarse en la cafetería, su tren se iba a retrasar más de un hora.
Pidió un café y se sentó divagando con su taza humeante.
Su rostro no tardó en aparecer, esa sonrisa que le robaba el aliento.
Pasó prendida de sus ojos grises, que le enseñaron fantasías que ingenuamente creía sin dudar.
Tomada de su mano, recorriendo caminos donde se perdían las horas y se crearon historias.
Besos de bondad y pasión, decorando su piel que irradiaba felicidad.
Palabras que se convirtieron en sonetos de un corazón que no dejaba de latir.
Caricias cambiando las fronteras de un mundo lleno de tabúes.
Promesas que invadieron hojas escritas con tintas de amor y deseos.
Secretos recorriendo su cuello, donde los suspiros impregnaban la soledad de una habitación.
Así pasaron los años, donde de cada uno recuerda hasta los más simples detalles, por que le ayudaron a comprender y descubrir lo que es el amor, pasión o deseo.
Un rostro que alguna vez, le sobresalta por las noches, cuando aparece en sus sueños.
Sonrisa que se marcó en su retina con la eternidad del fuego.
Una ilusión que cubrió de felicidad sus años de inocencia.
Por su rostro resbalaron lágrimas de nostalgia, mientras se oía que su tren entraba a la estación.
Con recuerdos a flor de piel, se encaminaba al sitio donde todo había empezado.
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