Ese cosquilleo
que recorre
toda mi espina
dorsal.
Miradas
que gritan
lo que la piel
está sintiendo.
Olvidar
un segundo
que el mundo
existe.
Resistir
a morder
esos labios
lujuriosos.
Acompañar
esa noche
lluviosa
con deseos.
Caminar
con la certeza
que la próxima...
no seré tan fuerte.