Amarte sin prisas
al ritmo del corazón
que marca los tempos
donde somos felices
Destino ajeno al mundo
solo dos cuerpos entrelazados
que arden en pasiones intensas
y se consumen sin piedad
Roce de galaxias
que estallan cuando se juntan
en el universo inmenso
de una habitación a oscuras
Lluvia de sueños
envueltos en nuestras fantasías
que nos elevan a la luna
cuando cerramos los ojos
Calientas mis poros
con tus besos divinos
tus manos de seda
que se pierden en mi.