Me ha cautivado ese dulce sentimiento
dicen llamarle "amor"
ese que hace que todo se vuelva perfecto
los días fríos son una excusa para estar junto a quién me da calor
que aparezca en mis sueños
y convierta los desayunos en una fiesta de besos y caricias.
Pensaba que todo había muerto,
pero el sonido acelerado de un corazón me dice que estaba equivocada.
He vuelto a ser feliz.
Alguna vez,
las acciones duelen más que las palabras
ya sea por omisión, rabia o dolor
todo se convierte en un caos
intentando comprender
que es lo que ha cambiado.
Podrías dar ese paso
buscar la explicación,
pero si las puertas se cierran
y no existen ventanas,
dejar que el tiempo decida
se convierte
en la única opción.
Amor que calienta ésta alma que desamparada vagaba antes de ti, sin encontrar ese motivo que le hiciera sonreír.
Llega el invierno, pero yo siempre viviré en eterna primavera si iluminas el recorrido junto a mí.
Nada se sabe, todo es incierto, pero disfrutando cada instante, es lo que necesito para sonreír.
Te amo a través de la distancia, de los silencios que nos invaden, de la sinrazón que puede ser.
Se pregunta:
¿Al caer la noche,
podrá también
perderse con las estrellas?
intentar volver invisible
para colarse entre sus sueños
descubrir en su interior
que mueve su corazón
que le produce miedo
saber donde radica
ese deseo de distancia
a pesar que sus ojos gritan
"quédate junto a mí".
Estuve al borde de la locura, cuando todo dio un giro y no sabía por donde debía seguir mi rumbo.
Gritaba, ahogando los sonidos que mi garganta emitía, quería que todo desapareciera, lo que sentía, lo que dolía.
Ya no pensaba, deambula por la vida, con una existencia vacía y desolada, intentando encontrar el motivo.
Cansada, un día el silencio inundó la estancia, mil ideas en la cabeza, ninguna razonable, impotente para moverme.
Caí de rodillas, bajando los brazos, dejando que el tiempo decida el destino de ésta existencia.
La marea crece, inunda mis sentidos, me agita y pierde en la inmensidad del mar de deseos que prohibidos, acuden incesantemente a mí.
Intento luchar contra todo lo que la piel siente, pero me anestesia la razón y me hace fluir a la deriva de los sentimientos.
De pronto mi viaje se detiene contra el abismo de ojos intensos para hacerme caer un poco más en la desesperación.
Y en esa caída, una mano fuerte sostiene mi alma haciéndome sentir, que aunque se escape a la razón, siempre estará ahí.
Quise detener el tiempo, para que la historia a punto de escribirse, no tuviese fin y seguir juntos.
Quise gritarte mis miedos, pero tus dulces besos los adivinan y los calman uno a uno con ternura.
Quise hablar de lo que sueño, pero tus caricias dibujaron mis fantasías en la piel que arde de amor por ti.
Quise colarme en tu solapa, para que al despedirnos, me llevaras muy cerca de tu corazón hoy, mañana y siempre.
Nuestros caminos se encontraron, cuando el destino jugaba con mi vida, diciendo que no debía seguir y me imposibilitaba el salir.
El tiempo se puso de su parte, haciendo que gotas de atención se fueran colando muy dentro del caparazón, donde se encontraba mi corazón.
Cuando quise darme cuenta, ya tu sonrisa era parte de mí, tu mirada iluminaba mis días y te necesitaba como al respirar.
No iba a ser fácil, llegué a conocerte en la distancia, descubriendo en ti parte de mí, esa que a veces nos hace flaquear en algún instante.
Pero al final, un beso descuidado en mi hombro, un roce en la espalda, dejaron caer mis muros, permitiendo que ese puente levadizo te dejara entrar en mi alma.
Ahora, seguimos con las promesas para que nuestros caminos sigan juntos a pesar de la distancia, tiempo y la soledad.
Y entonces en el silbido del viento que azota la ventana, tu voz hizo eco, estremeciendo todo mi ser, recordándome que aún sigo viva.
Cerré los ojos, me dejé llevar por tu susurro, que prometía no dejarme ... una vez más, que a pesar de todo, siempre estarás.
Apoyé mi mano, como queriendo sentir la tuya en el frío cristal, me recorrió un intenso calor, haciendo volver a sentir amor.
Ya no espero, ya no busco, sigo aquí, levitando entre los segundos para no sentir que ellos me alejan de ti.
Y viéndose a los ojos
cogidos de las manos
hicieron la promesa
sin emitir sonido,
pero certeros
de que ambos
deseaban lo mismo
en ese instante,
detener el mundo
crear el suyo
juntos
para la eternidad.
Al anochecer
cuando todas las almas
se entregan a Morfeo
entre las sombras
se escurre una silueta
en busca del cobijo
en una piel
ansiosa de su calor
para poseerlo
y transportarlo
a ese mundo
que paralelo
se convierte
en su realidad.
Dime corazón
donde nos llevarán
estos latidos
que acelerados
prenden la chispa
que recorre
por cada fibra
desatando
esa lujuria
y pasión
convirtiendo
nuestros cuerpos
en templos
de placer.
Cuando creo estar
cayendo sin red
hacia un abismo
que no tiene fin,
una luz se hace
presente
cogiendo mis manos
frenando mi caída,
me devuelve
esa esperanza
que creía perdida
en el silencio,
pone mis pies
en el suelo
dándome un cálido
beso de fe.
Tengo la necesidad
de perderme
muy dentro de tu ser
recorrer cada fibra
impregnándolas
de mi aroma,
hacer caer tus muros
ser para siempre
ese deseo impreso
en tu piel
donde cada latido
te diga mi nombre
que busques
mi fuego
que ansioso
espera
volverte
loco de amor.
Necesitaba ese silencio
de sus besos
acomodados en su boca,
donde sus hálitos
se mezclaban
con el sabor a placer
que vivía muy dentro
de ellos,
nerviosa por sentirlo
tan cerca de ella
robándole sus fantasías
para realizar una a una,
escrutinio de la piel
de cada curva
tiritando a merced
de caricias lujuriosas.
Y daba al tiempo
el espacio que entre
los segundos
le gritaba,
no esperaba
solo abría su mano
para dar libertad
a sus pasos,
puede que al fin
en algún momento
se detenga
coincidiendo ambos
en el mismo espacio.
El destino juega
con los hilos de mi vida
los enreda
mientras los balancea
acercándome
a lo que tanto ansío
para luego
dar un giro más
alejándome
cuando lo creía tocar
se ríe
me eleva
para dejarme caer
en el vacío
de un deseo
que no se cumple.
Nada estaba escrito
todo podía ser irreal
pero el instinto
me hizo seguir
en un rumbo
que a la deriva
me hace feliz,
sin importar
el vaivén
de sentimientos
que encontrados
luchan
por sobrevivir.
Vuelve a latir el corazón
cuando la esperanza ronda
y tu calor está más cerca
del roce de mis manos,
deseando perderme
en cada espacio
de esa piel
que me incita y provoca,
desatando
esos bajos instintos
que duermen
si no estás.
Soledad que a veces llegas cuando menos te espero todo parece gris, no faltas a esa cita y me hundes en la desesperanza de querer escapar...
