Así empezamos ...

Nuestros caminos se encontraron, cuando el destino jugaba con mi vida, diciendo que no debía seguir y me imposibilitaba el salir.

El tiempo se puso de su parte, haciendo que gotas de atención se fueran colando muy dentro del caparazón, donde se encontraba mi corazón.

Cuando quise darme cuenta, ya tu sonrisa era parte de mí, tu mirada iluminaba mis días y te necesitaba como al respirar.

No iba a ser fácil, llegué a conocerte en la distancia, descubriendo en ti parte  de mí, esa que a veces nos hace flaquear en algún instante.

Pero al final, un beso descuidado en mi hombro, un roce en la espalda, dejaron caer mis muros, permitiendo que ese puente levadizo te dejara entrar en mi alma.

Ahora, seguimos con las promesas para que nuestros caminos sigan juntos a pesar de la distancia, tiempo y la soledad.

 


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