Efímera melancolía
Se escapó el silencio que cubría los besos que incesantes tatuaban la piel enamorada, esa que se estremecía.
El tiempo envejeció, con el paso de caricias que se deslizaban por la autopista de placeres que parecían eternos.
Pasos que se convierten en lentos seguidores de un corazón que ha decidido no latir más, se resigna a que todo acabe.
Echar un vistazo a un pasado que camina a la vera del presente, intentando entender en donde radico el error.
Conseguir que las heridas no se hagan profundas, cubriéndolas de pequeñas capas de agua salada que brotan de los miedos.
Donde el semblante sereno se confunda entre el lienzo al óleo que su vida va dibujando a través de sus pesares.
Mitigar el sabor a hiel, con las madrugadas que se abren a sus ojos cada día y le regalan un respiro para lo que el día le depara.
Crear una esperanza en el fondo de la corriente, por donde su camino decide llevarla hasta una marea que le destierre sus nostalgias.
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