Creía
Salió corriendo la lluvia golpeaba su rostro, mientras en su mejillas se fundían con gotas saladas, quería gritar lo que su corazón guardaba, dejar de guardar silencio entre tanto bullicio, ya ahora no importaba callar, pues atrás había quedado la esperanza de seguir viva.
A pesar de lo que sucedió, se sentía libre, sentía que la lluvia limpiaba sus males y se los llevaba al mar para ser olvidados, tenía miedo de volver la mirada si lo descubría tras ella ya no podía detenerse ante un cambio brusco de esta pantomima.
Abrió su cuerpo, dejó que lo reconociera a tientas en la oscuridad donde sus leves suspiros cortaban el exilio entre sus labios solo bastó el aroma impregnado de los perfumes para saber quienes eran, fue un insensatez pero así se dieron las cosas.
Cuerpos enmarañados en caricias, labios que se confundían en la piel, deseos que se grababan a fuego en el alma, cuerpos desplomándose llenos de excitación, donde el sudor se adueñaba de todo para sumergirlos en un espiral de placer incontrolado que acallaba los consejos de la conciencia.
Exhaustos, ensimismados en sentir ese calor que complementaba la existencia parecían estatuas de piedras hasta que un rayo de luz se coló por la rendija de la ventana, fue como si la magia se hubiera roto, ella se levantó asustada no tuvo valor de ver su cara y salió de la estancia apresurada ...
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