Sin miedo a equivocarse
Es difícil pensar que todo puede ser un espejismo, será que el ingenuo corazón eso quiere creer y se engaña.
Pero como engañar unos ojos que miran con locura, unos besos que roban el aliento y caricias que queman la piel.
Donde las palabras que brotan del manantial de su boca, son libres en su expresión y no sujetas a preguntas.
Cuando los escasos minutos que puede desconectar intenta buscar esa compañía que le hace disfrutar.
No puede ser tan retorcido un corazón, que sin necesidad, intente ilusionar para luego marchar.
Dejando todo sin mirar atrás, esperando que el tiempo cure las heridas causadas sin piedad.
Alguien dijo por ahí: "si dudas, no empieces algo con alguien y si lo haces no dudes".
Esa es la ley que decide el corazón cuando late sin control, cuando mira a través de la ventana de sus ojos para descubrir su felicidad.
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