Manuscrito de amor
Una palabra y se detuvo el mundo,
la justa y necesaria para obrar el milagro,
ese donde se rompen las cadenas
y comienza a florecer la esperanza.
Arrullada por los latidos acelerados,
de un torso que invita a reposar,
sobre los sueños que se crean
con el roce de pétalos.
Incansable parecía esa fantasía,
donde los labios se perdieran
recorriendo la carretera,
que moldea los secretos.
Hoy se escriben en la piel,
manuscritos interminables,
con tórridos detalles
de almas entregadas al amor.

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