Luceros que encienden mis deseos
Sin prisas me detengo, ante las puertas de unos ojos que llaman mi atención, enigmáticos y profundos me seducen.
Explorando los recovecos que me permite la distancia, me ruborizo si se cruzan las miradas y comienzo a soñar.
No hay palabras, solo contemplación y el lenguaje corporal que hace erizar la piel, subiendo la temperatura.
Esculpido adonis que apareces para mi, cuando mis horas se eternizan en los pasos que no me llevan a ningún sitio.
¿Cómo te podría tener?
¿Dónde acaban los sueños?
¿Cuándo se detiene mi realidad?
Hasta donde llegará la imaginación y comenzará el camino hacia esos ojos que me pierden sin control.
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