Liberando la pasión

El viento y el frío golpeaban sin piedad las ventanas de una habitación desdeñada, pero en sus venas ardían deseos, se atraían como imanes y sus cuerpos hablaban por ellos.

Ella sentada frente a él, trepidaba,  mientras su temperatura aumentaba, él leyó sus ojos y despacio se acercó, su pecho se agitaba al igual que su respiración,  mientras él intentaba descubrirlo.

Con cada azote en las ventanas, caían sus ropas, hasta que de pronto el mundo dejó de existir, cuando expuestos rompían el silencio con labios que se comían sin piedad, caricias que liberaban energía, desafiando los sentidos.

Encajados, como piezas perfectas de puzle, sus almas se entregaron a los deseos que su sangre ardiente pedía, tatuando recuerdos en una piel que se abría como flor naciente.

Desbocaron sentimientos, esos que meses atrás reprimían, pero que por fin soltaron las amarras y se lanzaron al océano de la pasión.

Sus manos como enredaderas se recorrían de arriba abajo, robando suspiros que inundaban un ambiente impregnado de salvaje deseo.

Armoniosa sinfonía compuesta de acordes de amor, que desesperados brotaban con cada roce y movimiento.

Exhaustos y libres, cayeron en el imponente silencio del viento contra las ventanas.

Se encontraron perdidos en el horizonte de no saber que vendrá, pero en ese instante sólo importaba lo que acaban de vivir. 



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