Vuelvo a ser libre
Sus ojos se cerraron, dejando paso a sus lágrimas que limpiaban el dolor que le consumía.
Otra vez cayó en los brazos de los miedos, que la condujeron al silencio que ensordecía su voluntad.
¿Será que no aprendo?
¿Será mi subconsciente?
¿Será mi destino?
Preguntas que siempre le rondaban, cuando tocaba fondo en el pozo de su desesperación.
Temía que algún día, fuera presa de sus instintos y acabara cediendo, abandonándose en un diván, hasta su último suspiro.
No sabía como cambiar sus esquemas, esos que la envolvían en todos sus momentos, esa era la clave, pero no lo veía.
Noches enteras, quebrándose la cabeza con la esperanza que el cansancio le ofreciera una luz a sus tinieblas.
El fin de semana no salió, casi ni comió por estar sumergida en sus soliloquios desquiciantes, hasta que por agotamiento terminó tendida en el suelo de su habitación.
Amaneció y los primeros rayos del sol se posaron en su rostro, despertó de un salto, se dirigió a la ducha, parecía haber tenido una revelación.
Se arregló y con pasos ligeros se dirigió a la cafetería que tantos recuerdos le traía, pero esta vez no entró, esperó paciente frente a ella.
Unos veinte minutos después salió él, iba solo para su suerte, arregló su cabello y se dirigió hacia él.
- Hola, buenos días! No sabía que vendrías, dijo él un poco asombrado.
- Solo vengo a zanjar esto hoy.
- ¿ A qué te refieres?
Se lanzó a sus labios, un beso largo enmudeció su alrededor.
Tras unos segundos, retrocedió, le sonrió y sin más se alejó, pensando para ella, "por fin termina todo".
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