Pasión en las estrellas
Le gustaba antes de dormir, disfrutar en silencio de las estrellas, era como un rito, les pedía por sus sueños y sus expectativas.
Ese día llovía, pero eso le detenía, siempre esperaba que amainara el temporal para poder contemplarlas.
Fue así como le conoció, él se refugiaba bajo la cornisa de la puerta de su casa, un sobresalto al ver la silueta en las sombras.
- Perdón, no pretendía asustarla.
- No se apure, tras la que ha caído es normal buscar un refugio para no empaparse.
Ella siguió su camino sin prestar importancia a lo sucedido.
Días más tarde, al entrar en la cafetería cerca de casa, otros de sus rituales, lo vio tras el mostrador.
- Hola, espero no haberla asustado mucho, la otra noche.
- No se preocupe, solo fue un sobresalto.
- ¿Qué le pongo?
- Un café, por favor.
Así pasaron las semanas, cada vez iba creciendo una amistad entre ellos.
Una tarde, encontró bajo su puerta una nota que decía:
"Te espero en tu lugar preferido, con una taza de café".
Nerviosa se dirigió hacia su santuario, el lugar que le proporcionaba una inmensa paz.
Al llegar, él se encontraba justo en el sitio donde día tras día ella veía las estrellas, le esperaba con una taza de café y una manta.
- Antes de que digas algo, sé que este es tu lugar secreto, no pienses que te he seguido, simplemente lo imaginé, al saber tu pasión por las estrellas y éste es el mejor sitio para verlas. Y aunque no las dicho, imagino que la noche que nos conocimos, te dirigías a este lugar.
- Me dejas sin palabras.
- Ven, sientate junto a mi y observemos.
Sentados, bajo el manto estrellado, pasaron varios minutos en silencio, sólo contemplando el espectáculo que las estrellas proporcionaban.
Luego, él la miró fijamente y le dijo:
- Me gustas mucho, tanto como a ti las estrellas, quiero que compartas un pequeño sitio en tu corazón y en tu cabeza, con este loco que solo quiere vivir para ti.
- Como no hacerlo, si eres la respuesta a uno de mis sueños.
Sus labios se juntaron, mientras el firmamento era testigo de sus promesas, de pronto un trueno rompió el silencio de sus besos.
Ella se estremeció, unas pequeñas gotas comenzaron a caer en su frente y fue cuando se dio cuenta que todo era producto de sus sueños.
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