Sigues en mí

Tus ojos gritaban 

felicidad,

mientras corrías

en libertad.


Esperabas

paciente

ese sonido

que no era indiferente.


Abalanzándote

demostrabas

al mundo

lo que me querías.


Todo de pronto

acabó

y tus ojos

no se volvieron abrir.

 


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