A la espera de un día
Desde el día anterior, se aceleraba su pensamiento, imaginando ese momento en que sus cuerpos se entendieran sin palabras.
Ocupaba su mente para que no se hiciera eterna la espera, tuvo la oportunidad de venir antes, pero prefirió seguir los tempos que el destino marcaba.
Su voz, al bajar, era como adrenalina que se metía entre en sus venas desinhibiendo todo su ser, aunque tenía que esperar un poco más.
Mensajes que retrasaban la cita, pero hacían en ella, verdaderas cascadas de felicidad, sintiendo que era su complemento perfecto.
Cuando parecía superado el tiempo, se dio cuenta que al final el encuentro no se daría, a pesar de ello, seguía sonriendo y gritándole a la luna que le amaba.
Se metió a la cama y sus lágrimas no dejaban de brotar, su corazón explotaba de amor, era feliz y aunque esa noche dormiría sola, soñó con esos ojos y esa boca que le enloquecen.
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