Efímero, pero sublime
Esta mañana podría ser distinta y con ello cambiar el rumbo de su vida, ahora que había visto su alma e imaginó un nuevo destino.
- Dime Alejandro:
¿Existe una posibilidad, por remota que sea, poder sentir el roce de tus labios?
¿Puede existir, una enajenación mental transitoria, que me permita ser tu dueña en algún segundo?
Sé que hay mil cosas en contra, que no se pueden cambiar, no a corto plazo, pero esto puede más que mi cordura.
Por favor! mírame a la cara y responde.
- Jade, no puedo mentirte, en mi recorre un deseo incontrolable de poder ir más allá de todo, para contenerte en mis brazos y sorber de tus labios toda la esencia de tu amor.
Noches donde el insomnio era mi compañero, visualizándote con tu eterna sonrisa que mueve mis fantasías, donde pensaba que podía tocar tu piel si extendía mi mano.
Esos minutos pueden llegar, donde me rinda y caiga rendido al embrujo de tu mirada, para perderme contigo en una historia que termina sin empezar y empieza sin finalizar.
Esto es lo que puedo decirte, es lo que siento, es lo que quiero.
- Aliviaremos nuestra carga, cuando todo esto pase, el sol caliente nuestra cara y nos permita vivir del recuerdo de un efímero instante donde osamos ir en contra de las reglas que atan los deseos, solo así Alejandro, podemos volver a la rutina de esta vida que se nos hace grande.
Ven, acércate, piérdete en mis labios con este beso que no sabe a despedida pero que va más allá del significado de un beso, con él te abro mi cuerpo, mi alma mi ser, para que puedas anidar en el torso desnudo de un sentimiento.
- Mi voluntad, Jade, ahora es tuya, si me pierdo en ese beso, sé que algo en mi cambiará y sin que existan más anécdotas que llenen este relato, por siempre me tendrás.
¿Cómo algo tan sublime, traspasa esa delgada línea? ¿Cómo puede se malo, si das vida en ello?
- Los misterios de los sentimientos, son tan profundos como el océano del deseo que me recorre cuando te tengo a mi lado, cuando tus pupilas coinciden con las mías y poco a poco desnudas los lazos de timidez.
No te atormentes queriendo entender los designios que el destino se empeña por diversión de los inmortales, para que sucumbas en esta enorme galaxia donde la estrella más brillante es tu corazón.
- Vuélveme a besar Jade, ya no importa el mañana, si ahora puedo morir en esos labios que me elevan al infinito, donde nada más sé que te necesito como el respirar.
- Hoy, volarás conmigo, donde seremos libres, para después arrepentirnos, si cabe, de lo que aquí suceda.
Deja atrás, al cerrar la puerta todos los complejos y miedos que puedan opacar la magnificencia de ese instante donde nuestros cuerpos se fundan en el placer contenido a lo largo de estos meses, que incesantemente permanecía agazapado.
Fue así, como tras un preámbulo intenso, esos amantes, desataron sus tabúes y culpas para entregar todo aquello que en su piel latía.
La caducidad, estaba en el aire, pero es no hizo mella en la tempestad de pasión que al unisono provocaban sus embestidas.
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