Un acto de fe
Buscando tu presencia me quedé, pues desvaneciste los sueños, ignorando mi llegada.
Mi corazón roto entre risas se desahogo, aunque en él, la herida latía abierta, pensando en tí.
Otra vez será, supongo, donde el encuentro se haga dicha y la dicha un encuentro que perdure en mi memoria.
No cabe duda que en cosas de anhelos, nada es imposible perdonar, por que sigo aguardando el momento de volverte a ver, aunque vuelva a padecer.
Comentarios
Publicar un comentario