La viuda alegre
Le llamaban la "alegre divorciada", nunca entendí por que, ya que nunca estuvo casada y en su rostro a pesar de la sonrisa siempre ví un halo llamativo de melancolía.
Coincidíamos muchas veces en nuestro recorrido habitual, cuando yo iba ella venía y viceversa, no sé a que se dedicaba.
Una tarde la rutina cambio, por obras en las vías del tren nos retuvieron muchas horas en la estación. Yo decidí irme a la cafetería de enfrente donde solía ir cuando perdía mi tren.
Entre y me puse en la cola para comprar mi café habitual, la persona delante mío estaba a punto de devolver su pedido por que no encontraba su cartera, yo levanté la cabeza y me dí cuenta que era ella.
- No te preocupes, dije, cobrate ambos.
- Ella esbozó una sonrisa con un gracias, cuando pueda te lo pago.
- Sin prisas
- Nos sentamos juntas a esperar?
- Si, por que esto no sé cuanto tarde.
- A pesar de coincidir casi siempre nunca hemos hablado
- Yo pensaba que no te acordarías, pues vamos de prisa
- Si, eso el problema de la vida "ir de prisa" sin detenernos a sentir el viento en la cara ni ver a quienes frecuentemente vemos... dijo con un aire de tristeza.
- Tienes razón ....
- Tu eres joven aún, intenta cambiar eso que aún estás a tiempo
- Puedo hacerte una pregunta, sino es mucho intromisión
- Dime
- ¿Por qué te dicen "viuda alegre"?
- Un silencio se hizo presente.... me vió y dió un suspiro
- Si te incomodo, no contestes, no quise...
- No te preocupes, eres de las pocas personas que se atreven a preguntar, el resto se queda con la duda y se creen todas las historias que van por ahí dando vueltas.
Todo comenzó cuando más o menos tenía tu edad y vivía intensamente y deprisa la vida, como tú ahora, sin detenerme a sentir.
Hubo un chico que se coló en mi corazón, era fabuloso y todo parecía ir bien, de pronto tanta felicidad me hacía sospechar y sentirme incómoda, comencé a cambiar hasta que un día sentí que me asfixiaba en mis propios temores y decidí terminar con él, a pesar del daño que eso le causaría.
Cerré ese capítulo con la esperanza de olvidar.
Pasó el tiempo y mi corazón jamás abría sus puertas, hasta que apareció otro chico con otras buenas cualidades y se acercó a mí, disfrutábamos estando juntos en la comida, el cine, etc, pero de pronto mi corazón cerró de golpe todos los sentimientos que se iban creando y se alejó de él.
Yo pensé que no volvería a pasar por ello, pero hubo una tercera persona a la que le causé tristeza.
Nunca eché raíces en nadie más y cada vez que alguién podía interesarme recordaba esas tres historias y abandonaba.
Para calmar mis ansías trataba de relacionarme con otros para ir calmando las muescas de mi corazón.
Sin embargo, tras el paso de los años, cuando los volví encontrar con sus vidas formadas yo seguía siendo amiga de ellos y trataba de imaginar como hubiera sido mi vida a sus lados.
Entre las pocas personas que saben la historia, me pusieron ese mote y cada vez fue creciendo y tergiversando la realidad .
- Que historia más rocambolesca, dije
- Si, por eso te digo,que hay que sentir para vivir... no lo olvides nunca, yo me di cuenta tarde de eso y por eso estoy sola
Se levantó y se dirigió a la estación, después de eso mis horarios cambiaron y no la he vuelto encontrar.
- A pesar de coincidir casi siempre nunca hemos hablado
- Yo pensaba que no te acordarías, pues vamos de prisa
- Si, eso el problema de la vida "ir de prisa" sin detenernos a sentir el viento en la cara ni ver a quienes frecuentemente vemos... dijo con un aire de tristeza.
- Tienes razón ....
- Tu eres joven aún, intenta cambiar eso que aún estás a tiempo
- Puedo hacerte una pregunta, sino es mucho intromisión
- Dime
- ¿Por qué te dicen "viuda alegre"?
- Un silencio se hizo presente.... me vió y dió un suspiro
- Si te incomodo, no contestes, no quise...
- No te preocupes, eres de las pocas personas que se atreven a preguntar, el resto se queda con la duda y se creen todas las historias que van por ahí dando vueltas.
Todo comenzó cuando más o menos tenía tu edad y vivía intensamente y deprisa la vida, como tú ahora, sin detenerme a sentir.
Hubo un chico que se coló en mi corazón, era fabuloso y todo parecía ir bien, de pronto tanta felicidad me hacía sospechar y sentirme incómoda, comencé a cambiar hasta que un día sentí que me asfixiaba en mis propios temores y decidí terminar con él, a pesar del daño que eso le causaría.
Cerré ese capítulo con la esperanza de olvidar.
Pasó el tiempo y mi corazón jamás abría sus puertas, hasta que apareció otro chico con otras buenas cualidades y se acercó a mí, disfrutábamos estando juntos en la comida, el cine, etc, pero de pronto mi corazón cerró de golpe todos los sentimientos que se iban creando y se alejó de él.
Yo pensé que no volvería a pasar por ello, pero hubo una tercera persona a la que le causé tristeza.
Nunca eché raíces en nadie más y cada vez que alguién podía interesarme recordaba esas tres historias y abandonaba.
Para calmar mis ansías trataba de relacionarme con otros para ir calmando las muescas de mi corazón.
Sin embargo, tras el paso de los años, cuando los volví encontrar con sus vidas formadas yo seguía siendo amiga de ellos y trataba de imaginar como hubiera sido mi vida a sus lados.
Entre las pocas personas que saben la historia, me pusieron ese mote y cada vez fue creciendo y tergiversando la realidad .
- Que historia más rocambolesca, dije
- Si, por eso te digo,que hay que sentir para vivir... no lo olvides nunca, yo me di cuenta tarde de eso y por eso estoy sola
Se levantó y se dirigió a la estación, después de eso mis horarios cambiaron y no la he vuelto encontrar.
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