Entre amistad y deseo
Te deseé y comenzó el juego donde nuestras miradas jugaban a esconderse del resto del mundo.
Indiferente seguías en esas tardes de abril donde yo buscaba estar cerca de ti para poder sentir tu calor.
El tiempo pasó y mi tezón por fin derribó ese muro que creaste, las palabras obraron milagros desde ahí.
Encuentros no furtivos ante tanta candidez siguieron creciendo en nuestro corazón a pausas.
Meses, años hasta que los labios se rozaron por primera vez, donde se despertaron los sentimientos que gritaba la piel.
Me estremezco con solo recordar, cuando decidimos traspasar esa roja línea que nos hizo vibrar.
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