Letargo
El mundo volvió a detener su ritmo ...
esa necesidad de respirar
ya no era imprescindible
bastaba embrigarse
con el aroma que envolvía
los sentidos y la razón,
dejarse llevar hasta el abismo
para caer revoloteando,
como hojarasca movida,
en el acantilado.
Despertar confundida
entre sábanas revueltas
sin ninguna explicación
sin ningún motivo,
solo un vacío inmenso
que a pesar de los abrazos
todo resultaba incomprensible,
mientras intentas pensar
que la magia volvió a obrar
para darte una felicidad.
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