A tí
Solo te quiero ...
luego ya veremos,
si el destino se apiada
uniendo corazones
que solitarios se encontraron
en las sombras de la noche
destapando a Pandora
incitando ese juego
que prohibido parecía
pero estimulante era,
donde los labios hechizados
se comían a besos
mientras enredados
los cuerpos
con caricias
que pedían más,
fué donde empezó
y por lo que aún
sigue vibrando la piel.
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