Vaticinio
Heridas en el alma
que se abren con cada latir,
y a pesar de ello
insiste en estar ahí.
En contra del destino
se desliza en la incertidumbre,
esperando encontrar
ese puerto donde atracar.
El tiempo avanza,
las ansias consumen,
y el viento presagia
que pronto todo acabará.
Mientras dure,
entrega sin medida,
hasta que la llama se apague
y con ella la herida.
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