Una crónica nocturna
En la penumbra deambulaba para encontrarme con tus brazos, esos que aprisionaban mi cuerpo.
Besos ocultos que en la piel permanecían hasta la próxima vez, creando fantasías.
Entre cuatro paredes existía el momento justo, luego se disipaba entre la brisa del otoño.
Quise escribir una historia y se convirtió en un monólogo, que me acompañaba en las noches largas.
Sin quererlo detener se terminó un capítulo más, en una vida llena de memorias tristes.
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