El árbol del amor
Como enredaderas se extienden nuestros cuerpos sobre la superficie queriendo tocar el sol con las manos, donde la semilla que nutre el amor germina en cada uno de nosotros.
Imposible se hace no abrir el alma, cuando la hoguera que habita en los corazones se hace presenten para deborar los sentidos que coartan la libertad.
Temerosos buscamos limpiar los pasiones prohibidas en las aguas del olvido para dar rienda suelta a todo lo que ansiamos y se nos niega.
Abrir a la luz del desenfreno los cuerpos sin censura que embriagan los sentidos cuando mana de ellos un placer sin límites.
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