Cauteloso amor
En un cuarto oscuro, de esos que protegen los secretos de torsos desnudos entrelazados, cubriéndose de besos que saben a traición y amor, se encontraba ella recordando su historia, esa que la había llevado a ese momento.
Tiempo atrás, cuando era un espíritu libre e indomable, se cruzó por su camino, un ser casi celestial que iluminó sus días poco a poco haciéndose necesario en todo momento.
Compartían todas sus diferencias que soportaban con abnegada resignación, así eran felices juntos y sin saberlo hacían crecer la vida del otro.
Floreció un sentimiento tan fuerte y asfixiante, que les costó aceptar, no había cosas en contra, simplemente se resistían a "sentir", solo "pensaban" y eso los ataba en extremos opuestos.
Los meses eran interminables en la agonía de callar, hasta que una ráfaga de viento suave en forma de beso se apoderó de sus miedos y los transportó a una realidad paralela donde daban rienda suelta a sus placeres.
Conjugación perfecta de cuerpos que en el vaivén de los deseos se olvidaban del mundo y del más allá.
Éxtasis de encuentros que los hacía desfallecer compaginados entre los muslos y brazos, labios llenos de embriagantes momentos que los hacía enloquecer.
Ocultos, íntimos casi invisibles, sus citas semanales a ese lugar, ese donde al caer la noche también caía la ropa para deleitarse de la anatomía de lo prohibido.
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