Por inocente ...

Hipnotizada,

escuchaba sus días

mientras sus ansias

se consumían con su café.

 

Ya no preguntaba,

sólo esperaba

"un milagro"

que la hiciese sonreír.

 

De pronto,

esas palabras

que fueron música

para sus instintos.

 

Ciegamente creyó

ilusionada esperó

hasta que entendió

"inocentemente" la enredó.

 


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