A merced de la tempestad
Sin buscarlo,
ahí estaba
en medio de un mar
embravecido.
Quería escuchar
pero la tempestad
anegaba
su oídos.
Desea llegar
hasta la orilla,
pero naufragaba
sin remedio.
En la lejanía
miradas vacías
la observaban
sin compasión.
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