Tras el cristal I
Ella le amó sin saberlo, desde que le conoció.
Nunca dijo nada, a través del tiempo esa ligera barrera que les separaba sirvió para robarle suspiros y hacerla creer en su historia ficticia.
Fueron amigos, casi confidentes, ella callaba no reconocía esa sensación de "afixia" estando a su lado ni la necesidad enfermiza de buscarlo.
Sabía todas sus conquistas, las reales y las adjudicadas, vivía con ello y era lo único que la mantenía en la objetividad.
¿A qué aspiraba? ... ser la incondicional estando a su lado alimentando un sentimiento que le consumía por dentro o algún día sería capaz de gritarle que se había convertido en el complemento de su existencia, que su oxígeno llenaba sus pulmones y su mirada se convertía en el camino a seguir.
¿Cómo reaccionaría? ... cabía la posibilidad de que la alejase de su lado abriendo un espacio para no herirla o es que también él guardaba lo que realmente quería.
Ese día, apuesto como siempre, su sonrisa que iluminaba cada estancia donde estraba, mirada coqueta, camisa gris manga larga ajustada, un jeans marcando su trasero, era como en sus sueños.
Se puso en pie y se dirigió a su encuentro, de frente sus miradas se cruzaron y tras saludarla, su boca ... no pudo emitir sonido.
Todos los lectores, le tenemos envidia... pero si no le dice nada, no la merece
ResponderEliminarA veces hay cosas que es mejor no decir, por que hay barreras que deben caer primero.
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