Tras la tormenta
Calma que vuelves
revuelta como la mar,
tras tormentas
que arrasaron todo.
Buscas entre los estragos
algún sobreviviente
corazón golpeado,
por el tiempo y abandono.
Intentas recuperar
ese latido que escapa
con cada herida
que refluye de su interior.
Lo cobijas, lo arrullas
esperando sea suficiente
para hacerle olvidar
lo que el tiempo hace recordar.
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