Entregada al destino
Sobre las aguas
de mi desesperación
pasan los días
esperando una señal.
Nada parece cambiar
solo las noches
que se vuelven
cada vez más frías.
Acaban las esperanzas
chocando contra el cristal
que el destino pone
frente a mi existencia.
Así terminará
una historia
que no empieza
pero si parece acabará.
en muchos casos y en lugar de anticiparse y tomar el mando, esperamos una eternidad a que aquel cuya reacción buscas, se lance a ese vacío que será tan rebosante como profundo si nos atrevemos a ser el origen de la primera señal...
ResponderEliminarA veces sabes, cuando debes avanzar y otras esperar.
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