Vivir en la distancia
Miro por la ventana
ese rostro que da luz a mis días,
donde sus ojos brindan
la tranquilidad perdida.
Pasa el tiempo,
pese a ello se detiene en sus labios
donde duermo cada anochecer
para despertar de nuevo.
Ausencia que llena
cada latido de mi corazón,
dándome una razón
para volver a soñar.
Perdidos en el encuentro
de cuerpos distantes,
que se entregan
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