En contra de la sensatez
El destino me dijo
que no debía amarte,
por que los caminos
tomaban rumbos distintos.
Pero el loco corazón
enmudeció la razón
dejándose llevar
por su palpitar.
Ahora eternas horas
donde tu imagen
se mantiene inmutable
como tatuaje en la piel.
No sé, si amarte
olvidarte
u odiarte
pero tu vida se convierte en mía.
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