Recuerdo de un amor puro

Te conocí en febrero, como un designio más de lo que sería, aún recuerdo ese día como si fuese hoy, tu voz, tu sonrisa, tu mirada.

Tan lento como la metamorfosis de una mariposa, fue creciendo un sentimiento muy dentro de mi.

Nada tan puro y honesto como ese regalo, evolucionó y se hizo tan grande que era parte de mi respirar.

Los años pasaban y fielmente seguía a mi corazón, a pesar que cada vez te veía menos  y nada cambiaba entre nosotros.

Tras muchos años de amor en silencio, decidí poner distancia entre mis sentimientos y tu, para llegar a resignarme a que nunca te tendría, que ingenua fui, la distancia no sirvió para eso, si no para buscarte más.

Una daga atrevezó mi ser, cuando supe que te perdía, cuando te casabas, con mi alma rota intenté recomponer los trozos de mi corazón a escondidas y sola.

Nadie daba crédito a este sentimiento, ¿cómo poder sentir con tal intensidad, si jamás lo has tenido? decían siempre, pero las cosas del amor, inentendibles a veces.

Aunque yo no haría nada para interponerme, no dejé de saber de tí, con eso me conformaba, verte y hablarte me llenaba.

Los años avanzan, ya ha pasado casi una treintena y en mi sigue ese recuerdo imborrable de lo que significas para mi, nuestros destinos más distantes que nunca, pero en un lugar de mi corazón sigues vibrando como el primer día.