Un tren en tu vida

Las estaciones de tren siempre me han parecido muy románticas, amantes que van, otros que vienen, unos que se quedan al pie del andén llorando de alegría o de tristeza, será que las películas han hecho mella en mi inconsciente?


Que decir de los vagones, donde pueden surgir innumerables historias verdaderas o irreales, que mas da, por ello me parecerán siempre sitios muy mágicos.


Mi historia inicia ahí, viajaba para alejarme un tiempo de un amor incesante en mi cabeza,que quemaba mi piel sin tocarme siquiera, un amor unidireccional, pues él no lo sabía o lo intuía, pero ninguno daríamos el siguiente paso, pues todo estaba en contra.

Mi pensamiento revivía cada gesto, mirada y sonrisa, es masoquismo puro,lo sé, pero me interesa mucho y no lo puedo tener.

Morfeo comenzaba hacer estragos en mi, en una estación entre abrí los ojos, solo logré ver que alguien se sentaba frente a mi, antes que mis ojos se cerraran de nuevo.

Un sobresalto, al caer mi libro de mis manos, hizo que me despertara, y ahí estaba él de rodillas con mi libro en sus manos, nuestras miradas se cruzaron, algo dentro de mi nació.

- Muy amable!, gracias

- De nada, vienes desde el inicio de línea?

-Si,  falta menos para llegar, ya ha oscurecido y casi todo el mundo duerme.

- Menos yo, que te he despertado al dejar caer mi libro

- No te preocupes, no dormía... me llamo Leo

- Yo soy Ariadna, mucho gusto, viajes por negocio o placer

- Un poco de ambos y  tú?

- Pues ... para alejarme del placer.... ohhh! eso no ha sonado bien... necesito despejar mi mente y tratar de sacar a alguien que jamás ha sido nada mío... 

- La distancia ayuda, dijo, esbozando una sonrisa

-Tienes una sonrisa muy sensual .... ya perdonarás, con todo lo que digo no sé que imagen te podrás crear  de mi.

- De una persona sincera y espontánea ... por ahora

- Eso es un alivio; pero dime como que vas por ambas cosas

- Trabajo mañana y pasado y luego vacaciones, ahí tomo el vuelo para Roma, aunque mi destino final será Venecia.

- Venecia, un lugar que me falta por visitar, no sé si lo he idealizado mucho, pero algún día tengo que cumplir ese sueño estar ahí, entre sus canales y lo mágico que para mi es.

- Es tarde, te dejo para que puedas descansar...

- No te apures, estoy muy entretenido contigo y no tengo sueño, ya podré descansar en el hotel. Quieres tomar algo? podemos ir a buscar a la cafetería un café o lo que prefieras.

-Si un café estaría bien, vamos.

Se levantaron juntos, y justo al salir de su coche, el tren hizo un movimiento brusco, haciendo que ella chocara contra su pecho y se rozaran la cara.

Fue un segundo eterno, sus miradas, el corazón de ella acelerado parecía que quería salirse...  

- Estás temblando, le dijo él

- Tengo un poco de frío

- Toma mi abrigo y se lo puso sobre sus hombros

- Gracias, pudo balbucear

Llegaron a la cafetería, pidieron café y él se interesó por su viaje.

- Dices que te vas por alejarte del placer, ¿cómo así? 

- Tonterías sin importancia ...

- No quiero ser impertinente, si no deseas hablar de ello, lo entiendo.

- Es que realmente no hay mucho que decir, me gusta una persona del trabajo, él no lo sabe o lo intuye, pero es un fruto prohibido, y hay días que lo pasamos fenomenal, hablando, riendo, todo en la hora del café y es cuando más me ilusiono, pero hasta ahí llegamos.

- No le piensas decir nada?

- Alguna vez se me cruza por la cabeza, pero recapacito y creo que nunca lo haré, no me quiero meter en su vida, en su relación, no puedo ni debo.

- Honorable, por tu parte

- Jajajaj, bueno.... pero eso no hace que algunas veces me sienta mal, pero en fin, ya se pasará.... mejor cambiemos de tema....

Siguieron hablando, riendo , tras el café un gin tonic, para calentar el cuerpo y sobre todo el corazón.

Decidieron volver a los asientos para estar más cómodos, salían de la cafetería no habrían dado un par de pasos, cuando de pronto se apagó la luz, yo iba de su mano para no tropezar y sin pensarlo le besé.

Él, no respondió a mi beso, pero tampoco lo esquivó, justo en ese momento se encendieron de nuevo las luces.

Avergonzada, me disculpó.

No te preocupes, no pasa nada.

Llegaron a sus asientos, estaba muy nerviosa, él tomó mi mano y me dijo:

- No es que no me haya gustado,  pero me sorprendió mucho, eres una mujer atractiva, no cabe duda, por favor no pienses ni te sientas mal. Se acercó y me dio un beso en la mejilla, ahora duerme que estarás cansada.

Un par de horas más tarde, el tren llegaba a su destino, tomaron sus cosas y se apresuraron a la salida.

Cuando estaban el umbral de la puerta, se deseaban una buena estancia, le dí la espalda cuando él puso su mano sobre mi hombro y me besó.

Un beso tierno que alentó su alma.

Salieron juntos de la estación, él pidió un taxi para mi, me subí y mortificándome por no haber pedido su número de teléfono.

Llegué al hotel y  mientras discutía por que mi reserva no aparecía, oí una voz que me parecía familiar.

No lo podía creer, Leo estaba a su espalda....

- Tú?, me estas siguiendo... esbozó una sonrisa pícara

- Mira que agradable sorpresa, de saberlo compartimos taxi. Sucede algo con tu reserva?

- Si, no aparece a pesar de tener la confirmación y encima no hay habitaciones libres hasta mañana.

- Si quieres y no te parece mal, podemos compartir la mía y mañana que te asignen una.

- Por mi perfecto,espero que mañana solucionen este error.

Subieron a la habitación, dejaron las maletas.

- Acomódate, escoge el sitio que desees, mientras yo me doy un baño, pues dentro de poco tendré que irme a trabajar.

Me descalzó, puso la tele sin verla y me tumbe.

Quince minutos más tarde salía, un cuerpo de adonis, donde el pecado anida, secando el resto de gotas por su torso, con unos abdominales y brazos de infarto.Una toalla en su cintura.

Bueno, aprovecho que te vistas y me ducho yo, dije levantándome de un salto.

-Si deseas que te enjabone la espalda, me avisas, dijo guiñando un ojo y sonriendo.

- No te preocupes,  respondí cualquier cosa te aviso.

Tome unas cosas y me dirigió al cuarto de baño, volviendo la cabeza para ver su trasero.

Mientras se duchaba, él le preguntaba si quería salir a cenar cuando él regresara de trabajar y conocer un poco la ciudad.

Sali de la ducha con un camisón corto de seda blanco, donde se intuía mi nula ropa debajo de el.

- Ven, túmbate un poco a mi lado.

Se reían viendo la tele, cuando sin querer él rozó sus pies con los míos, estaban un poco frío, pero me produjo que me estremeciera y mis pechos reaccionaran.

- Perdón, siempre los tengo así de fríos

-Llamas frío a eso... espera y verás, puso sus pies en su abdomen desnudo

Comenzaron a reír  y en el forcejeo de mover los pies, sus labios se rozaron.

Se miraron fijamente, me abrazó y besó, mientras sus manos dibujaban su figura, produciendo que se contrajera todo su cuerpo.

Sus cuerpos juntos, yo caía en el embrujo de su ser, cerrando mis ojos, dejándome llevar por el roce de sus manos, sus cálidos besos en mi cuello que provocaban erupción en mi pecho y que el néctar del placer mojara mis muslos.

Suavemente, la fue tomando, como una frágil flor, dejando escapar pequeños suspiros que le llegaban al alma, fusionaron sus cuerpos, se tatuaban sus pieles con el aroma del amor,era mágico, soñado, casi eterno.

Moviéndose al son del deseo, juntos al unisono  liberaron sus deseos, llegando al culmen de ese momento.

Quedaron tendidos, abrazados, somnolientos....

De pronto, una voz la despertó...

- Señorita, hemos llegado a su estación

No había sido más que otro juego de su inconsciente subconsciente.
















Comentarios

Entradas populares