La chica del espejo


Capítulo I


Creo que encontré una nueva amiga, parece sensata y equilibrada, con todos sus chacras alineados.

Cada mañana procuro pasar con ella aunque sea poco rato para que instruya en su manera de vivir, no habla mucho la verdad pero todo lo que expresa lo hace tan claramente que no deja dudas.

Así la vida parece otra cosa, cuando has congeniado con alguien que te ilumina sin pedir nada a cambio.

Hoy, tocó el tema del corazón; dio tres pinceladas sobre ese órgano fabuloso que rige la existencia, resumiendo:

"Hay que saber administrar los sentimientos que anidan en el corazón, por que si no puedes perder la razón"

Pero ¿cómo se hace eso? osé en preguntar ...

El silencio fue mas notable, si cabe, no hubo respuesta

¿será que no le gusta que le pregunten?

Y, sin casi darme cuenta, desapareció

¿será que mañana estará? para contestar. 


Capítulo II

Con cierta incertidumbre la busqué al día siguiente y ahí estaba casi inmutable, saludé con una sonrisa, pero no hubo respuesta ... estoy por pensar que es muda!

Recordaba su "charla" de ayer, si puede llamarse así, sus gráficos y signos más bien, ese rollo del corazón... que con lo vivido este día lo asocié.

Estoy, no sé si decir "enamorada" "enculada" "ilusionada" de un chico, es una bella persona pero que juega en otra división diferente a la mía, así que lo nuestro no es factible, hoy hizo algo, que es una tontería, por que igual lo hubiese hecho con otra persona, me emocionó tanto que casi lloro y le confieso mis sentimientos.

Fue en ese momento, que resonaron en mi cabeza, lo que ayer "aprendí"... será pura coincidencia, pero detuvo mi ímpetu y me dejó tranquila.

Le conté todo esto a ella, solo esbozó una pequeña sonrisa y comenzó con sus símbolos.

Reflejaban el día y la noche, la brisa y la lejanía, que resumió en:

" A veces hay días soleados, otros oscuros en la andadura por la vida, pero llega una suave brisa que te orienta a un camino distinto".

¿Por qué hablaba de eso? yo quería su opinión sobre lo que había contando, pero de ello ni una palabra

Me sentí frustrada y esta vez fui yo la que se marchó sin mirar atrás. 


Capítulo III

Tenía miedo de acudir al siguiente día, pues sabia que la reacción de día anterior no había sido la correcta.

Cuando llegó, la vio esperándola como todos los días, su rostro se veía un poco apagado, pero nada más.

Siempre estaba ahí para ella, sin reproches, sin enfados; un poco fría tal vez para su gusto, pero eso comparado con todo lo que le aportaba, era una insignificancia.

Parecía ser que hubiese borrado lo de ayer y desde ese punto partía este día.

Todo me parecía mas confuso, no encontraba hilvanar las ideas que me ofrecía, parecían cortos inconclusos de una misma historia.

¿Qué quería decirme? con "miedo y oscuridad"

¿De dónde sacaba esas ideas? 

¿Cómo era posible que todos los días, siempre acertaba con su estado de ánimo?

¿Era una bruja, una medium?

Todos sus símbolos en el transcurso de los días tomaban sentido, era como premoniciones de lo que me iba a suceder.

Al salir, en mi cabeza rondaban esas preguntas y más, tanto que no pude conciliar el sueño, estaba intranquila por lo del "miedo y oscuridad".

Tenía que olvidarlo, eran garabatos sin importancia me decía...

Pero el insomnio me rondó... 


Capítulo IV



Trate de despejarse por la mañana, ansiaba la hora de volver con ella para que me explicase con claridad lo del día anterior.

Llegue y entre con prisas a la habitación, fría, oscura, al fondo creía reconocer la silueta, quería llamarla, pero entonces me di cuenta que no sabía su nombre.

¿Tanto tiempo con ella y no lo sabía? 

Era incomprensible...

La vi y comenzó a preguntarle, le pedía que me explicase, que calmara mi angustia de la noche anterior.

Esta vez no hubo nada, solo la silueta inmutable entre la penumbra de la habitación.

Pasaban los minutos y mi desesperación aumentaba ... comencé a gritarle, exigirle.

Perdí los estribos, cogí lo primero que tuve a mi alcance y lo lance hacia ella



- Anda, contesta, veremos si así lo haces!! enfurecida grité

Un ruido enorme inundó la habitación, voces por todas partes.

No sabía que pasaba, alguien me sujetaba con fuerza y yo en mi desesperación con voz ronca imploraba

- Ayúdame! no dejes que me hagan daño, escúchame te hablo a ti, haz que paren...

"Miedo y oscuridad" hoy, tenían sentido.

¿Dónde estoy? 


Capítulo V



Estaba ahí frente al sol, con los ojos cerrados, pensando en que hace mucho tiempo no lo podía sentir en libertad. 

El doctor le explicó:

“Te encontraron gritando desaforadamente, llamando a la chica del espejo, implorando que le ayudase y que le explicara los símbolos.

Has estado así mucho tiempo, no salías de casa, ya no comías ni dormías, simplemente hablabas con el espejo.

No había nadie más en la habitación solo ella y un espejo roto, una luz tenue que apenas iluminaba.”

Los gritos hicieron a los vecinos llamar a la policía y la trasladaron al hospital, donde ha estado en los últimos nueve meses, recuperándose y como todo ha ido bien, hoy le daban el alta.

Atrás quedaba la chica del espejo, esa que llegó a creer su amiga, y solo era su figura reflejada.

No supieron nunca por que había entrado en ese espiral de abandono que la había llevado a tan lamentable estado, pero que ya solo era una hoja del pasado.

Ahora, frente a las puertas de un nuevo futuro, no tenía miedo a la libertad, si no a que su cabeza volviese a jugarle una mala pasada.



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