Mi historia de amor. Un café y confidencias
No pasó mucho tiempo hasta que comenzaron a enviarse mensajes, ella dio el primer paso, eran mensajes inocentes, chistes y memes que encontraba por la inmensa red.
Dentro del trabajo sus conversaciones eran más frecuentes y dado que eran muy parecidos, iban escalando en intensidad, doble sentido para todo, propuestas "al aire" pero con dedicatoria por ambas partes.
Hasta que un día, él le propuso tomar un café, alejados del mundo laboral, ella aceptó sin pensarlo mucho, porque sabía que si lo hacía, no iría, tenía en su cabeza y en su corazón muchos miedos que le bloqueaban el avanzar.
Se encontraron en una cafetería, tranquila, que les permitió hablar largo y tendido sobre sus vidas, fracasos, fantasías y deseos. Ella sentía como si lo conociera hace mucho tiempo atrás, era muy fácil hablar con él, sin temor a la censura o ser tachada de loca o infantil. Risas y de vez en cuando su mano se apoyaba en la rodilla de él, mientras sus miradas gritaban lo que sus labios callaban.
Salieron juntos, caminaban animados hablando de muchas cosas en común, cuando tenían que despedirse ella le dijo: "nosotros nos la pasaríamos muy bien juntos", besos en la mejilla y un hasta pronto.
Cruzó la calle sin volver atrás, pues su corazón se desbocaba en su pecho y su cara pintaba una sonrisa de inmensa felicidad.
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