Punto de partida
Todo empezó
al recibir tu calor
haciendo que mi piel
despertara.
Luego fueron
esos ojos
que llenos de luz
me dieron la vida.
Siguieron tus manos
dibujaron estelas
ascendentes
por mi espalda.
Terminando
con tus labios
en los míos,
para comenzar.
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