Pasos solitarios
Presurosa salió a la calle, quería disfrutar de ese sol radiante que se colaba por sus ventanas.
Sus pasos sin dirección, comenzaron a recorrer las calles semidesiertas, mirada baja, pero su corazón acelerado viviendo de recuerdos que nunca la dejaban sola.
Sus recuerdos eran tan fuertes, que se volvían casi reales otra vez, experimentando todas las emociones que en su día le habían provocado.
Se ruborizaba y una sonrisa se dibujaba en su rostro, dándole un brillo especial, tanto que competía con los rayos de sol.
Miraba a su alrededor con dulzura, era feliz y aunque sus pasos eran solitarios, ella le sentía a su vera.
Sin darse cuenta, había llegado al sitio donde se encontraron la primera vez, con cierta nostalgia se acercó a la ventana, buscando ese sitio, que era como el inicio de su amor.
Ya
frente a él, sus piernas temblaban y su corazón se aceleraba,
volviéndose a ruborizar, ese había sido un día genial, donde se sonrisa le enamoró y sus labios le cautivaron.
Entró y pidió un café, con cada sorbo, cerrando los ojos, parecía estar en el instante preciso, en el cual sus manos se entrelazaban, sus labios se conjugaban y sus corazones se desbordaban.
Dulceeee....
ResponderEliminarIngenuo corazón enamorado, que se lanza al bravío mar del amor.
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