Tu presencia en la ausencia
Suspiros me inundan cuando te acercas, tu aroma impregna mi ropa y mi corazón se precipita a tu abismo.
Pasos que guían los míos, haciendo del camino un jardín floreciente de sentimientos casi prohibidos.
Caricias como seda se posan en la piel, esa que tiritando grita tu nombre al silencio de una habitación vacía.
Ruborizando mi rostro, con solo el recuerdo de tus labios cercanos, marcando la línea donde ya no hay vuelta atrás.
Vuelvo a despertar, creyendo que estás aquí junto a mi.
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