Lo que la escritura logra

Se abren los caminos, permitiéndome seguir la estela de luz que me lleve hasta el amor. Un amor perfecto que destaca entre otros, borrando las heridas de falsas caricias. Sanando las penas que atormentaban, a un esclavo corazón de la frialdad. Sin remordimientos renacer, para disfrutarlo en todo su esplendor.

Escribí en tus labios, la historia que nace dentro de mí, para que recuerdes cada palabra que te habla de mi amor. Tatué mis caricias en tu piel,  que te brinden  mi calor, cuando lejos te encuentres de mi y ansíes volver. Abrí a tus ojos miles de colores con fantasías que se entrelazan entre nuestra realidad, para que sigamos siendo un misterio. Brinde la calma a tus miedos, con promesas que se cumplen una a una con cada muestra de mis sentimientos hacia ti. Nos pertenecemos, crecemos y somos el complemento perfecto de nuestra historia de pasión y devoción.

Anidó en el silencio, la esperanza, esa que roba sonrisas y promete bienestar. La que empuja el alma fuera de la espesa bruma, que intenta perturbar su calma. Creando un abanico de salidas, a los tormentos que se presentan. No deja caer los brazos, ni que el desánimo se apodere del corazón, que lucha contra la sinrazón.

Viajé al pasado, ese tiempo que me brindó libertad, donde las cosas si eran negras parecían de color. Épocas que destruyeron esos miedos que insistentes me acosaban, dándome la valentía para andar entre los escombros. Años que parecían inútiles, pero me regalaron tantas experiencias, de las que ahora vivo como una renta con beneficios. Existencia que apacible llena las hojas de los calendarios con sonrisas por los días disfrutados y los pendientes de disfrutar.

Suspiros me inundan cuando te acercas, tu aroma impregna mi ropa y mi corazón se precipita a tu abismo. Pasos que guían los míos, haciendo del camino un jardín floreciente de sentimientos casi prohibidos. Caricias como seda se posan en la piel, esa que tiritando grita tu nombre al silencio de una habitación vacía. Ruborizando mi rostro, con solo el recuerdo de tus labios cercanos, marcando la línea donde ya no hay vuelta atrás. Vuelvo a despertar, creyendo que estás aquí junto a mi.

Lágrimas que se mezclaron en el océano de los miedos, surgidos por el desamor. Lágrimas que limpiaron el alma, cuando todo parecía imposible. Lágrimas de sonrisas, cuando vives con intensidad. Lágrimas emotivas, cuando te descubres en los recuerdos. Lágrimas a veces amargas, pero que te hacen renacer. Lágrimas que brindan una nueva oportunidad ... para amar, reír y llorar.

Libros que se pierden entre la memoria, los mismos donde escribimos las promesas que ahora parecen sueños inconclusos, entre una realidad latente en la piel. Donde quedan las hojas plasmadas de sentimientos intensos, que nos llevaban de la mano hacia un camino de rosas. Frases que se reviven con profundo dolor, haciendo abrir las grietas donde se cuela el desamor. Acaban las rimas de un pasado, que pareció convertirse en futuro, y solo fue un espejismo en el desierto de un amor.

Comencé a volar en tus labios, cuando me recorrían sin censuras haciéndome extender las alas. Salté al abismo de tu piel, esa que hechizó mi corazón, para yacer entre tus sentidos. Abrí los brazos a la inmensidad de los detalles pequeños, que tu ser me brindaba. Amé sin reparos, todo lo que representabas, acunándome en tus silencios. Existí en tus recuerdos, por que creamos una historia que ahora es mi realidad.

Seda que cubre mis ojos, para liberar los instintos que amordazados están bajo la piel. Destellos al alba, cuando chocan las almas que agitadas se conjugan. Tiernos besos cálidos, que arden en los labios de quién los recibe. Deseos que dominan, los minutos vacíos que llenan la penumbra.

Me escabullo por la noche intentando oír a mi corazón, que late y se acelera al ritmo del susurro que escucha entre el follaje. Tatúo mi cuerpo bajo la luz de la luna con historias que parecen olvidadas, esperando el momento de descubrirlas al viento. El silencio inunda el agua en calma, haciendo que mis pies desnudos se deslicen sobre ella, intentando despertar. Llega el amanecer y sigo perdida en mis recuerdos, esos que a veces me hacen desfallecer entre el sigilo de un nuevo día.

Felicidad que se disuelve en la bruma que envuelve éste día, pensando que sería diferente, pero se aleja la ilusión. Corazón que se estremece por heridas del pasado que no dejan seguir por el presente, sin revivirlas una y otra vez. Ignorar el dolor, es como dejar de respirar unos segundos y despertar enjaulada en el recuerdo, donde no se puede volver. Lo recóndito, se mezcla entre colores y espejismos que transportan al delirio de intentar tocar lo que parece ser prohibido. Pero que sería de esta existencia, si no intentas pecar, aunque sea solo un poco, hasta donde tus sueños te permitan.

Desliza sus dedos en su cabellera  que ondulante juega con el viento, desprendiendo el aroma que le hipnotiza. Indiferente le observa con una sonrisa que enamora, haciendo latir en su piel un ardiente deseo. Brillo en su espalda que describe sus enigmas, indicando el camino que debe seguir. Bella estampa que guarda en sus ojos cautivados, por el anhelo intenso de tenerla entre sus brazos.

Sentimientos que brotan de un arcoíris, ese que intento guardar para ti, para que tus días grises se vuelvan una acuarela. En cada uno enviarte un beso que te robe el aliento, haciendo tu espera un deleite. Embrujarte con las alas que envuelven tus sentidos, elevando tus ansías, volviendo hacer feliz. Llevarte de la mano hacia el bosque que atesora, fantasías prohibidas entre tú y yo.

Se desliza sobre ella como un surfista en las olas, descubriendo sus misterios, disfrutando su inmensidad. Encandilado percibe su piel, con el brillo de un atardecer, que poco a poco se esconde, dejándole en completa paz. Como fuego que consume un espacio en el cielo, retiene su aliento cuando sus labios se acercan. Exquisita maravilla, que se descubre ante sus ojos, para recordarle que es posible volver a ser feliz.  

Callar sentimientos que brotan de una ilusión, la ilusión que se crea cuando tu sonrisa aparece. Ignorar a un corazón que se acelera con tu voz, una voz que activa mis fuegos internos. Despertar con el susurro  del viento que me trae tu recuerdo, ese recuerdo que sacude todos mis cimientos. Así vive mi alma intentando callar, ignorar y despertar, con un amor forjado entre historias incompletas.

Aroma que hizo volverme, perfume que se impregno en mi piel, haciéndome perderme  en los secretos de tus ojos. No hizo falta palabras, solo envolverme en tu fragancia para que mi corazón latiera por deseos hacia ti. Una habitación que candente se volvió con el roce de nuestros cuerpos que desinhibidos se entregaron por completo al placer. Hoy solo un recuerdo más, de una intensa tarde que se convirtió en la esencia que embriaga mis fantasías. 

Hacía mucho que no se reunían, se sentaron a la mesa hablando de sus novedades,  tras una cerveza y una copa de vino decidieron ir a otro sitio. Encontraron un lugar, pidieron una ronda de lo mismo, y el alcohol comenzó su función, desabrochó la camisa de fuerza que la sujetaba, dando paso a su sensualidad, mientras los secretos de alcoba iban y venían. Soltó su melena, mientras contoneaba su cuerpo al ritmo de la música, él la miraba ávido de deseo, al igual que los demás. Tras dar el último sorbo de la copa de vino,  salieron riéndose y dejando frases abiertas, le acompañó hasta casa, al despedirse le dijo: "cuándo estés con ella, esta noche, piensa en mi, que yo haré lo mismo cariño". Le guiñó un ojo mientras subía las escaleras.

Escuchó su voz y ligera salió al pasillo, él en el umbral de la puerta, al escuchar ruido levantó la mirada. Ella intentó acercarse, levantó su mano y esbozó una ingenua sonrisa, pero detuvo sus pasos en seco. Él la miró y sus ojos gritaron: "ha sido un sueño, ahora despierto, todo cambió". Mientras, la puerta se cerraba tras de si.

Se acabó el tiempo de soñar, comienza el de vivir, donde desatar la melena, dejarse llevar por la corriente. Se acabaron los miedos que ataban las alas de un alma libre atrapada en ellos. Se acabó no sentir, es hora de vibrar con los rayos de sol y el roce de la seda. Se acabaron las pautas que regían una vida sin vida, solo queda hoy desatar las madejas prohibidas.

Besos húmedos que cubren el cuerpo con tal sobriedad, descubriendo la ingenuidad. Como pétalos caen los tabúes que hechizan, cada mirada que lanzas ante este despertar. Descifras el tapiz expuesto, que te guía a la incertidumbre de poder avivar una llama que espera por ti. Encuentras el punto, donde se activan  todos los placeres juntos que te hacen sucumbir.

Leyó en sus labios que ya no le amaba, que solo fue un pétalo más en su extenso ramillete de ingenuas florecillas. Vio como se esfumaron de sus ojos los extensos discursos que le hablaban de un amor "inmortal" , a pesar de todo y todos. La perfecta sinfonía de sus cuerpos amando, se convirtió en una estridencia que acabó con los ritmos del deseo. Donde los sueños volaron, aprovechado el cierre de la ventana, destruyendo una fantasía que parecía una realidad. Una llamada, tan sencillo como eso, bastó para dejar caer la venda que sus ojos cubría con un mundo color de rosa. Palabras innecesarias que llenaron los huecos vacíos de una relación de cristal, que parecía ser un diamante. Atrás quedaron explicaciones superfluas que brotaron de unos labios saturados de falacias, que un día dieron pie a un beso. Sentada, ahora, ve con resignación, esa muesca que adorna sus recuerdos y le vuelve a subrayar que "no todo lo que reluce es oro".

El invierno habita en mi soledad, es el único calor que recibo hace mucho, me he enfrascado en lo superfluo de días que parecen, van hacia atrás.  Se empañan los cristales con suspiros que ahogan mi garganta, ojalá pudiera ser por el calor que desprenden dos almas. Manos como témpanos se detienen el umbral de los sueños, erizando una piel que agoniza sin piedad. Avalanchas de deseos perdidos en el inmenso manto blanco, asfixiados por los tormentos de un corazón que no supo latir.

Versos que llenan un silencio cada vez más grande, donde un susurro parece una tenue esperanza que invita a seguir. A oscuras los pasos se disipan por el pasillo de una realidad que parece fría, intentando crear figuras que acompañen su destino. Midiendo los miedos se avanza por camino ya andado y los malos recuerdos aún siguen vivos a flor de piel. ¿Cómo detener el ímpetu? ese que hace latir con fuerza un deseo que a pesar de ir contra corriente, se niega a morir. No valen los sueños de amores que devastaron ilusiones, solo hace falta el poder de resurgir entre las lágrimas que anegaron tu ilusión. Detener la nube gris que se empecina en seguirte, dejando a un lado ese fatalismo que cubre tus ojos y te impide vivir. Nada puede ser más fuerte que ese instinto que nos hace vibrar con una caricia y soñar con un beso que caliente tu alma. No podemos perder toda una existencia por que un vendaval arrasó una historia, siempre queda otra por escribir tras la dese...

Suenan las campanas que anuncian la despedida, de un recorrido que ahora terminó. Dejando atrás una estela de recuerdos y sonrisas, indelebles en la memoria de quien le conoció. El cielo llora su partida esperando que ahora pueda ser feliz, donde su alma viva. Palabras al viento para decir adiós, a quien hoy nos deja un vacío en el corazón.