A medianoche
- Ya estamos aquí, dijo Set, atravesando la puerta.
-Perfecto, ahora subo yo ... ¿cómo estaba todo?
- Aceptable, como siempre
Ella se dirigió hacia la puerta, él de frente.
- Sabes, antes de subir, debo hacer algo, que cambiará el transcurso de la noche, pero no importa, siento que este es el momento y quiero arriesgarme.
- Que seria te has puesto
- Seriedad no, nerviosa tal vez
Se acercó hacia él, le besó intensamente y salió, no sin antes decir:
- Tú decides de aquí en adelante.
Una hora más tarde, volvieron a cruzarse, ninguno dijo nada, se dedicaron a lo suyo, mientras las horas pasaban.
Cuando era casi medianoche y estaban solos, era el momento de romper el hielo.
Él enfrascado en el ordenador, ella en el umbral de la puerta, desde donde preguntó:
- ¿Qué has decidido?
- Se volvió para verla, me dejas desconcertado, era algo que quería y ahora no sé que hacer.
- Solo te pido, que no cambie nada entre nosotros
- ¿Cómo no ha de cambiar? esto marca algo
- No tiene por que, si quieres olvidarlo, no pasa nada, si quieres continuar, es de hablarlo.
- ¿Tú que pretendes?
- No pretendo nada, pero llevo años reprimiendo ese impulso y ahora que termino, me pareció decírtelo. Las cosas no son tan complicadas, esto será un recuerdo, mas nada.
- ¿Qué pasa, si yo no quiero eso?
- ¿En serio lo dices?, creo conocerte bien, para saber tu reacción, pasemos página.
- Entonces, si no ganas nada, ¿por qué ahora?
- Ya te lo dije, por que ya no te veré y eso me dio el valor, si te molesta ya no te veré y si existiera una remota posibilidad, con la distancia también se acaba.
- Un poco egoísta, ¿no? te liberas y me dejas el peso a mí.
- No era mi intención.
- Pero lo has logrado.
Se levantó y se dirigió hacia ella, le devolvió el beso con más intensidad, justo cuando sonaba la media noche, susurrando a su oído... ¡se acaba nuestro cuento!
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