Confesión a un amor

Ha pasado mucho tiempo y aún recuerdo tu cara, la que sería la última vez en verte, cuando te abrí mi corazón.

Nervioso retrocediste, como poniendo tierra de por medio, al principio no dijiste nada, luego cuando el sobresalto pasó, lograste esbozar una sonrisa serena y casi susurrar un  ¡gracias!

Sabía que ese era la última vez en vernos y por ello intenté, que un beso de tu boca se posara en la mía, pero sin imposición ... así que no se dio.

Todo  lo volvía mágico mi cabeza, creando una fantasías de frases cotidianas cruzadas entre nosotros sin ningún fundamento, mi corazón era feliz.

Con cierta nostalgia recuerdo esos días, donde la libertad me permitía vivir sin reparos, sin ataduras haciendome vibrar con las  experiencias.

No temas, sigues ahí y alguna vez te escapas y vuelves a mi memoria con la misma intensidad, como si te tuviera cerca.