Aventura del destino

Imposible pensar, que dos mundos se unieran en un instante,  se alinearon las coordenadas y sus cuerpos se encontraran.

Fue así como todo se dió, tras un paseo de recambolescas coincidencias, sus miradas se cruzaron, decidieron continuar su intranscendente conversación en la habitación.

No fueron necesarias palabras, para entenderse lo que entre líneas sus ojos decían, un roce en los labios, una caricia furtiva.

Poco a poco se despojaron de sus complejos, guardándolos junto a la cama, donde comezaron a descifrar los secretos de la piel, haciendola erizar con solo imaginar lo que sería el tacto de esas manos.

Leía cada parte de ella, como un libro abierto, que  lo transportaba hacia lo desconocido, impulsandole a nuevas aventuras que aceleraban su respiración.

Ese cuerpo desnudo que tiritaba y se contraía, cuando sus manos se acercaban para sentir su deseo.

Aumentaba su fantasía de poder conseguir más allá de lo que merecía, como fruta recién cortada, sorbía de su néctar el sabor de su esencia, para deleitarse en ella y soñar entre sus brazos.

Que no acabe el momento! repetía ella, quiero morir un segundo entregada a tus labios y volver a la vida entre tus  piernas.

Como fuegos artificiales, se iluminaba el cielo con cada contracción que su cuerpo presentaba, donde la vida parecía escaparse en cada gemido.

Sus cuerpos se conjugaban, parecían tatuarse uno al otro con cada beso y donde juntos subieron al cielo para descubrir el segundo más eterno que representa al placer.

Una tarde así, habría que repetirla, no podían permitirse no volver a sentir esa mezcla de sensaciones y emociones que el destino les había brindado.