Ensoñación
Entreabrió los ojos
se colaba un halo de luz
entre la densa bruma
que cubría su cuerpo,
sobresaltada
intento ponerse en pié
pero algo la mantenía
atada por la cintura
a punto de gritar
ahogó su voz
cuando le susurraban
¡Estás bien amor!
se giró
para darse cuenta
que dormitaba
entre los brazos
de su niño
en ese paradisíaco
lugar.
A veces ese niño o niña reales o imaginarios, es nuestro paraiso
ResponderEliminarSentir ese dulce abrazo, es lo más sencillo para lograr felicidad.
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