Atados por un querer

Y nos encontramos en esa encrucijada, 

donde esa lucha constante

de la realidad y sentimientos 

no se dan tregua.


Puede que ambos tengan la razón

y sus puntos de inflexión,

pero al final

la piel decidirá su destino.

 

Atados salvajemente

a ese deseo que nos calcina

nos dejamos llevar

sin miedo a perder.

 

Y si el destino decide

cambiar nuestro rumbo 

habremos vivido

momentos memorables.

 



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