Siempre tuya
Los miedos se esfuman
cuando tu mirada admiro,
cuando tu sonrisa
me roba una a mí.
Deleitarme
con dulces caricias
que estimulan
todos mis sentidos.
Olvidarme del mundo
para congelarme
en esos labios
que incitan al pecado.
Despedirme
con la ilusión
de que mi corazón
siempre te pertenece.
Comentarios
Publicar un comentario