Y entonces, llegó
Intenté detener mi vuelo invernando en un témpano para no sentir lo que no me hacía latir. Me perdí en la oscuridad de esos días donde el sol radiante podía cegar. Creí que todo había acabado cuando mis manos dejaron de sentir. Y cuando todo parecía acabar "algo" muy dentro volvió a surgir. Eso que me ha dado el motor a mis sueños haciéndome ver colores en mi oscuridad.