Delirio de placeres
Una tenue luz se cuela
entre las rendijas de mis miedos,
queriendo hacerme ver
que aún queda la esperanza.
Un círculo vicioso
más poderoso que la cordura,
me obliga otra vez
a unirme a la locura.
Unido a mis ansias
los deseos de pecar
entre un torso que embriaga
mis poros de lujuria.
Utopía de amor
que me brinda
horas eternas
desenfrenadas.
Es necesario pecar y llenarse de lujuria ante un cuerpo hermoso, para no perder definitivamente la cordura
ResponderEliminarPuede que pecar, se convierta en el punto de no retorno de la razón, por que te embriagas tanto de eso que se convierte en el dulce veneno que recorre cada centímetro de la piel.
Eliminar