Brote de vida
Débil flor que naufragaste en las aguas de la incertidumbre, sucumbiendo a los miedos de tormentas que caían sobre tí.
Anegada y con tu último aliento, no dejabas de pensar en lo que te pudiera rescatar de todo mal.
Ya resignada por tu destino dejaste de luchar contra la tempestad, dejándote llevar cerrando los ojos.
Pero el final no lo escogemos nosotros, es el destino quien dicta nuestro camino; una mano llamada con tu pensamiento, te ha asido, volviéndote a la vida.
Te llenó de ternura, abrió parte de su corazón y te lo entregó cubierto de besos, que se colaron muy dentro.
Ahora, sabrás que todo estará bien muy a pesar de las nubes grises que empapen una realidad que se convierte en irreal.
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