Historia del pasado

Que caprichoso se vuelve el destino, cuando pasa el tiempo y algunas personas ya solo viven en los recuerdos, él se encarga de un encuentro.

Un día tras el viaje a una conferencia, que dicho sea de paso no tenía intención de ir, iba camino al ascensor cuando un aroma conocido, una voz familiar me hizo girarme y ahí estaba él, con su semblante sereno su porte elegante, como aún vivía en mis recuerdos.

Quiero pensar que nuestras almas seguían conectadas y por eso se volvió sin siquiera yo decir una palabra, al verme se dirigió a mi encuentro.

- Que agradable sorpresa!

- Si, lo que son las coincidencias

- Te ibas ya?

- Si, estaba cansada y pensaba acostarme temprano

- Y si te invito a algo, te quedarías?

- Eso ni lo preguntes, luego de años sin vernos, me gustaría hablar contigo

- Pues no se diga mas

Me tomó del brazo y nos dirigimos hacia la barra del bar, entre copas y risas se fueron pasando las horas, nos pusimos al día de nuestras respectivas vidas, que habían dado pocas vueltas en realidad.

- Será mejor que suba, se han pasado las horas volando

- Si, sobre todo con tu compañía

- No cambias, verdad?

- Para que hacerlo a estas alturas?

- Subes?

- Ok, vamos, aunque te seré sincero el sueño se ha ido, me lo he pasado genial.

- Yo también, pero hay que descansar por que mañana tengo que trabajar.

Subieron al ascensor, seguían contando sus batallitas, cuando se abrió la puerta y me disponía a salir, me tomó del brazo y me besó.

Dude un segundo en como reaccionar, pero los recuerdos eran muchos y me dejé llevar.

Llegamos a su habitación, tomamos la última copa.

Sus brazos se fueron apoderando de mi cuerpo y sus labios de mi boca, era como dejarme caer sin paracaídas hacia un abismo, donde no importaba lo que fuera suceder.

Entrelazamos las fantasías y  nos dejamos llevar en el mundo del pasado donde recordar, esas historias que nos hacían vibrar.

El éxtasis  nubló los sentidos hasta el amanecer, exhausto y felices nos descurbrieron los primeros rayos de sol.

Sabíamos que terminaría al decir adiós! pero eso ya era parte de nuestra historia del pasado que guardaríamos como un tesoro en nuestra piel.


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